Una Catedral
con historia y tradición
La construcción de la nueva Catedral del Obispado
de San Bernardo, nos trae el recuerdo de sus orígenes, muy modestos por cierto. Cuando el 9 de febrero de 1821 el Director
Supremo don Bernardo O’Higgins firmó el decreto de venta de los sitios de los llamados Llanos de Lepe, en el artículo
8° quedó estipulado: “En el centro de estos terrenos se reservarán treinta y seis cuadras en el área para la formación
de una villa en que ha de colocarse una parroquia y una escuela de primeras letras….”.
Don Domingo Eyzaguirre, hombre por demás piadoso, consiguió
en 1822 que el Obispo de Santiago nombrara cura párroco interino a Fray Manuel Malebranc (franciscano), a quien se le fijaron
$300 pesos anuales de remuneración, pero con el compromiso de no cobrar por los servicios religiosos. Fray Manuel sólo pasó
a hacerse cargo de la nueva parroquia a partir de 1824, cuando se levantó un oratorio y una casa para el cura y se le proporcionaron
los ornamentos sagrados.Concretamente, el primer servicio religioso que prestó fue el bautizo de una niña el 15 de junio de
ese año, que por lo tanto, se ha fijado como hecha de fundación de la parroquia de San Bernardo La casa parroquial, que fue
la primera edificación de la villa, se construyó de adobes y demostró ser sólida, pues todavía se mantenía en pie el año 1878.
El oratorio, en cambio, no era más que una ramada que apenas daba cabida a un pequeño altar y que no alcanzaba a contener
toda la gente los días domingo. En 1831 el cura Manuel Argomedo se quejaba de esta situación y solicitaba al Gobernador la
construcción de una iglesia definitiva, aunque pequeña.En 1836 se inició la construcción de una iglesia más sólida. Esta primera
iglesia, terminada al año siguiente, tuvo 33 metros de largo, con una nave de 9 metros de ancho, construida de adobes, con
techo de tejas y vigas al descubierto; sólo el presbítero tenía cielo de tablas. El pórtico tenía dos medias columnas embutidas
en la muralla, más dos bases sobre las que se levantarían dos columnas que sostendrían la torre de madera que nunca llego
a construirse. Todo el edificio estaba blanqueado con cal. El altar mayor (de madera) tenía la imagen de la Virgen del Carmen
y sobre ella un sol dorado. Había otros dos altares laterales, uno con la imagen de San Francisco; tenía esta parroquia una
pila de piedra labrada, para el agua bendita. En 1853 se construyo una nueva iglesia parroquial, con dos naves en forma de
cruz, bien ornamentada, de arquitectura toscaza y con un reloj en su torre (de propiedad municipal). Esta iglesia se mantuvo
en pie hasta el terremoto de 16 de agosto de 1906 en que quedó prácticamente destruida.La nueva iglesia comenzó a construirse
en 1907 y quedó terminada en 1915. Su estructura se caracteriza por una planta formada por una nave principal y dos laterales:
el altar se ubica entre dos volúmenes, sirviendo uno de sacristía, se complementa el altar con el bautisterio, volumen circular
adosado a la estructura. El acceso se conforma de un frontón apoyado sobre columnas jónicas, que se adelanta, formando un
espacio intermedio y enmarcando la entrada se alza la torre. Su estilo es de una tendencia ecléctica en que se combinan influencias
de la arquitectura clásica (en las columnas y el frontón), toscaza (en la torre) y francesa romántica (en las mansardas laterales).En
los años 50 el cura párroco José Escudero realizó importantes arreglos y dejó dos murales interiores, uno con la imagen de
la Virgen y el segundo con la última Cena. Además, en un plano extrarreligioso, promovió la creación de la “Cooperativa
de Ahorros O’Higgins” que tan valiosos servicios ha prestado y sigue prestando a los trabajadores sanbernardinos.Esta
iglesia se construyó, durante muchos años y se convirtió en un símbolo para la ciudad. Nació después de un terremoto y fue
otro el que la daño irreparablemente.El domingo 3 de marzo de 1985 un fuerte sismo afectó a la Zona Central del país, a las
19:50 hrs. En esos momentos se desarrollaba la Misa de la tarde, oficiada por el Padre Bernardo Herrera. Cuando comenzó a
temblar el Padre Herrera logró mantener la calma a unas 500 personas que seguían la misa, pero al cortarse la luz, mientras
el movimiento continuaba, el pánico se apoderó de la mayoría que salieron hacia la calle y la plaza, justo en los momentos
en que las cuatro columnas que formaban el atrio cedieron y se desplomaron, cayendo sobre quienes iban arrancando, junto con
la techumbre que sujetaron sobre ellas. Como resultado hubo que lamentar un buen número de heridos y seis muertos.Por efecto
de los daños, se eliminaron las columnas, que quedaron como medias columnas, adosadas al muro, y las mansardas laterales.
Perdió así parte de su belleza y prestancia.El 13 de julio de 1987 se crea la Diócesis de San Bernardo y el 30 de agosto de
ese año, el primer Obispo, Monseñor Orozimbo Fuenzalida y Fuenzalida, tomó posesión de su cargo en una imponente ceremonia
en la (ahora) Catedral, con la asistencia de Nuncio Apostólico Guilio Einaudi y del Arzobispo de Santiago Cardenal Juan Francisco
Fresno.Los daños producidos por el terremoto y ciertas diferencias estructurales exigieron la construcción de una nueva Catedral
“para mayor gloria de Dios y un mejor servicio a la unidad y comunión fraterna del pueblo Cristiano”, según palabras
de S.S. el Papa Juan Pablo II.Su primera piedra se colocó y bendijo el 7 de noviembre de 1998 e inaugurada el año 2000. Si
bien se muestra imponente, es a la vez de líneas sobrias, sencillas, austeras como lo fue la vida del Santo Patrono, San Bernardo. En
su interior se encuentran numerosos objetos de valor patrimonial, por ejemplo: - Pila Baustismal del año 1864- Cristo
de Madera Policromada del siglo XVIII que perteneció a las Religiosas Carmelitas de Santa Teresa. Donado para el Seminario
de la Diócesis de San Bernardo en 1889. Fue trasladado a la actual catedral el año 2000 por el deseo expreso de Monseñor Obispo
Orozimbo Fuenzalida y Fuenzalida.- La efigie de San Bernardo
Una Maestranza que se resiste a morir...
Esta enorme empresa estatal, destinada a la reparación
y fabricación de equipo ferroviario del país, dio vida y movimiento comercial a la ciudad de San Bernardo durante décadas
y trabajo a miles de obreros.
En 1914, la Dirección General de Ferrocarriles, compró un
terreno de 121.224 hectáreas para construir una Maestranza de trenes y una población obrera. Los talleres de la Maestranza
entraron en funcionamiento en Abril de 1920. Esta monumental obra, puso en marcha el trabajo de diversas dependencias productivas,
que la convirtieron en la Maestranza más grande y moderna de América Latina en estos años. Contaban con talleres de Locomotoras,
calderería, fundición, herrería, un almacén y una subestación generadora de electricidad.
Los primeros obreros especializados que pusieron en marcha
la Maestranza, provenían de Concepción y Temuco y para quienes deseaban ingresar sin poseer la calidad de operarios, debían
prepararse durante dos años en un instituto dependiente de la misma empresa de Ferrocarriles. En esta Casa de estudios,
recibían una instrucción técnica y humanista, que debían poner en práctica durante la jornada de la tarde en los distintos
talleres.
Desde que se iniciaban los estudios, los obreros se sumaban a una difícil carrera profesional al interior de la Maestranza.
Debían comenzar por ser aprendices de tercera, segunda y primera categoría, para aspirar al cargo de Maestro de similares
rangos. Con dedicación y constancia, se pasaba a desempeñar la labor de jefe de grupo especializado y finalmente inspector. Durante
los años 20, se construye la población obrera que albergaría a los cientos de trabajadores de la Maestranza. Este centro habitacional,
fue emplazado en los barrios que hoy conforman las calles Esmeralda y 1° de Mayo, teniendo como centro a la plaza “Ángel
Guarello”, en honor a uno de los más importantes y estimados sindicalistas de la época.
Los maestrancinos y sus familias, transformaron el paisaje natural y social de San Bernardo Reactivaron el comercio,
las artes, el deporte y la actividad sindical. Su organización, fue capaz de construir dos importantes centros de eventos
culturales: el Teatro Prat (en la plazuela de la Estación de Trenes) y el teatro Venus (en la esquina sur-poniente de
las calles Freire y Covadonga). Asimismo, efectuaron una gran contribución al deporte con la construcción de una cancha de
tenis (al costado sur poniente de la Estación), un gimnasio y un estadio ferroviario (en la calle Bulnes y en la Fábrica Vulco,
respectivamente) Con los Maestrancinos, la Ciudad de San Bernardo tomó nuevos bríos. Se dejaba atrás el antiguo lugar
de veraneo de la Aristocracia Santiaguina, quienes trasladaron su descanso estival hacia los balnearios de Viña del Mar y
Cartagena.
La Maestranza de ferrocarriles comienza cuando la empresa rodoviaria compra parte de un fundo ubicado en el Cerro Negro,
ahí nace la Maestranza Central de San Bernardo.Su construcción se realizó en tres etapas entre 1918 y 1920 y llegó a convertirse
en la segunda más grande de Sudamérica, después de la de Remedios, en Argentina.
Las actividades normales en la Maestranza comenzaron hacia comienzos de abril de 1920, con 358 obreros los cuales durante
el primer año de funcionamiento repararon 19 locomotoras, cantidad que en 1921 aumentó drásticamente a 111 y en 1945 a 228
unidades anuales. Lo que la hacía una de las empresas más eficientes con una clara proyección hacia el futuro del progreso
y la modernización.
En ese entonces, en las 47 hectáreas del fundo trabajaban 2.500 obreros todos a cargo de un solo jefe. Pero no todo
era trabajo, la Maestranza tuvo una de las mayores celebraciones que se hayan realizado en Chile, y fue cuando se terminó
la primera locomotora armada en el país, íntegramente hecha en San Bernardo con la mano de obra de miles de chilenos.
El éxito logrado en esta iniciativa y la dificultad para importar nuevas máquinas en aquel entonces, motivó la construcción
de otras cuatro del mismo tipo en 1944. La modernización de la infraestructura vial y del transporte rodoviario junto al paulatino
reemplazo de locomotoras a vapor por otras a diesel y eléctricas produjeron un gran impacto en los servicios ferroviarios,
tanto, que finalmente produjeron su cierre definitivo.
Escuela rural posee cañón usado en batalla de época de la Independencia
En
1814, las tropas del Libertador Bernardo O’Higgins se enfrentaron contra las pertenecientes a José Miguel Carrera en
el sector de Tres Acequias -cercano a la actual comuna de San Bernardo-, en medio de las disputas internas de la época de
la Independencia. Más de 100 años después, una familia que vive en la misma zona guarda uno de los cañones utilizados en esa
histórica batalla.
El hallazgo de la pieza ocurrió en 1946 en medio
una excavación en el predio de la familia Recabarren Araneda, en San Bernardo. En el sitio se encontraron un cañón y varios
espadines que, suponen, habrían sido utilizados por militares del entonces dividido Ejército patriota. Años después, la familia dividió el predio y en 2002 en uno de los sitios
se instaló una escuela rural. En ella se conserva el cañón. “En esta zona se enfrentaron los ejércitos de O’Higgins
y Carrera. Nosotros les enseñamos a los niños de esta escuela la importancia histórica de este sector”, dice Evelyn
Recabarren, miembro del clan. Pero no es el único tesoro. En una propiedad cercana a la escuela, en Tres Acequias, se conservan
otros tres cañones de similares características. La presidenta del Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera,
Ana María Ried, señaló que esta pieza tiene “un gran valor histórico” y correspondería a uno de los cinco cañones
que O’Higgins utilizó en el enfrentamiento con Carrera. El historiador del Museo Histórico Militar, coronel Alberto
Márquez, indicó que el Ejército no tenía conocimiento de que estas piezas estuviesen en manos de privados. “Estos cañones
son patrimonio histórico y están protegidas por la Ley de Monumentos Nacionales”, dijo Márquez, quien agregó que miembros
del Ejército viajarán a la zona para ver el estado de las piezas. En la Municipalidad de San Bernardo planean incluir el
sector dentro de las visitas guiadas que realizan para turistas. En julio de 1814, José Miguel Carrera derrocó al entonces
director supremo Francisco de la Lastra y se constituyó en Presidente de la Junta Nacional. O’Higgins se opuso y marchó
desde el sur con sus fuerzas a Santiago, siendo derrotado por Luis Carrera en Tres Acequias en agosto de ese año. Tras
el desembarco del líder de las fuerzas realistas Mariano Osorio, O’Higgins se subordinó a Carrera para preparar juntos
la resistencia. Todo terminó en octubre en Rancagua, cuando se dio inicio a la Reconquista. (*Publicado en el Diario La
Tercera el día viernes 30 de junio de 2006)
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